domingo, 6 de mayo de 2007

Duros a cuatro pesetas

Las retribuciones en especie del empresario al trabajador: cuáles son y cómo valorarlas

Las retribuciones en especie son un tipo de retribución indirecta. Tal y como se define en el texto del enlace, son "la utilización, consumo u obtención, para fines particulares de bienes, derechos o servicios de forma gratuita o por un precio inferior al normal de mercado, aun cuando no suponga un gasto real a quien los conceda". Bonitas palabras! Pero ¿qué significan realmente?

La retribución en especie es una útil herramienta de tener contento al personal de una empresa, dándole un extra de motivación a bajo coste. Consiste en que la empresa da al empleado algo de valor, un valor inferior al que la empresa ha pagado, con lo que la empresa gana dinero teniendo contento al empleado.

Para poner un ejemplo: Los empleados FULANITO, S.A. , una importante marca a nivel nacional, dedicada a la fabricación, embotellaje, y distribución de vino a nivel internacional, tienen un cupo de botellas al año, y un cupo extra en Navidad. El empleado puede comprar una botella que en la tienda vale unos 15-20€ al precio de 5€. El empleado está contento por que obtiene un producto de un determinado valor a bajo coste (y también por que por fín puede dejar de beber Don Simón), la empresa está vendiendo a 5€ algo que le puede haber costado 2€, ergo gana dinero (aunque no tanto como vendiéndo a 15-20€), y si empleado y empresa contentos, todos contentos.

Por supuesto, este no es el único tipo de retribución en especie que existe. El caso del leasing de coches del que habla el artículo, no es nada más ni nada menos que el famoso "coche de empresa", ese gran desconocido con el que premian a altos directivos (o se premian a sí mismos) y a algún que otro "pezqueñín" gordo.

Hay que tener en cuenta que la empresa no existe para solucionarnos la vida, si no para ganar dinero. Tomando el sentido literal de la expresión, la empresa "da duros a cuatro pesetas" a los empleados con las retribuciones en especie, pero dándole un sentido positivo a la expresión. Empresario contento, empleado contento, todos contentos.

6 comentarios:

wolffan dijo...

Estoy de acuerdo con el comentario de las retribuciones de especie. Sobre las que los empleados poseen ciertas "ventajas" sobre los productos de la propia empresa. Aun así, el expuesto es sólo un pequeño ejemplo de algun privilegio del que algunos empleados gozan.

Pero es importante ver que la retribución de especie es indirecta, de las que pueden gozar los empleados. Hay muchas otras que son mucho mas veneficiosas (como tu bien has dicho en el caso expuesto la empresa y el empleado estan contentos), por ejemplo los coches de empresa (en muchos casos "rentings") reducen mucho el gasto de un empresario (si alguien conoce el coste de un coche: gasolina, seguro, recambios etc, sabra de que hablo), por lo tanto el coche por ejemplo ya es realmente una ventaja para el trabajador.

Y sigo diciendo que los más importantes como incentivos són los directos, aquellos que en muchos casos depende el propio trabajador, como ascensos (de puesto) o asignación a "proyectos" más interesantes. Estos són los que realmente valen la pena y por el que un trabajador interesado en lo que hace se esforzara por conseguir ya que daran un valor añadido a su trabajo (en muchos casos el orgullo de trabajar en algo concreto y la satisfacción personal).

wolffan dijo...

Por cierto soy Raimon Lapuente, grupo 40.

LTKerr dijo...

Las retribuciones directas sí son muy importantes, aunque hay que tener en cuenta que no todo el mundo quiere un ascenso, por ejemplo. También hay que tener en cuenta que con las directas consigues al fin y al cabo mantener al empleado en la empresa a cambio de dinero, algo que convierte la empresa (desde el punto de vista del empleado) en algo sustituible por otra empresa del mismo sector. Es por eso que, creo yo, las retribuciones indirectas deben dar justo en las necesidades del empleado para no sólo atarle económicamente a la empresa sino conseguir su lealtad.

Por ejemplo, un empleado de la empresa A cobra por proyecto. Le encanta realizarlos y ya de por sí eso es una motivación (sueldo también xD). Sin embargo, seguro que hay otras empresas que realizan proyectos parecidos o los puede realizar en el futuro, por lo que el empleado no está ahí por la empresa A sino por sus proyectos. Si se entera que hay una empresa B con mismos sueldos, parecida distancia a casa, etc tal vez no busque trabajo en ella, pero podría ya que mantendría la motivación por la que él trabaja en empresa A. Así, pues, empresa A debe hacer algo para asegurarse su lealtad, como dándole esos lotes de Navidad tan chulos con licores caros, o dándole qué sé yo, algo que la empresa A considere que puede comprar tal lealtad.

Toni Cañabate dijo...

Las retribuciones en especie no son necesariamente duros a cuatro pesetas. Como dice Anna, uno de sus principales ventajas consiste en su dimensión emocional. Algunas empresas utilizan este tipo de remuneración teniendo en cuenta no sólo su valor económico, percibido por el empleado, sino también su valor emocional que puede ser empleado para producir fidelidad como Anna señala, pero también para otras cosas como para motivar, convencer a la red comercial de la calidad de los productos de la empresa, etc.

Así, en esta dimensión emocional, la retribución en especie es algo más que ‘una cosa que tiene un valor de tantos euros’; es un instrumento para influir en la conducta de los empleados o para construir la cultura empresarial o para desarrollar una percepción positiva de la empresa y de sus productos entre los empleados, familias, amistades y público en general.

A veces, hay también intenciones indirectas tras las retribuciones indirectas. Imaginad una empresa como por ejemplo el Boston Consulting Group, una consultoría de estrategia de negocio que cobra tarifas estratosféricas. ¿Os imagináis a sus gerentes y socios yendo a casa de los clientes en, digamos, un opel corsa de hace 5 años? Mucho mejor si la empresa estandariza y pone un Audi 6 como coche de empresa a los empleados de este nivel o un BMW serie 6. Aparte de que el coche de empresa es una remuneración que para el empleado tiene ciertas ventajas fiscales, porque no todo su valor, sino sólo una parte, es contabilizada como retribución y, por tanto, sujeta a tributación del IRPF.

Oriol Matavacas dijo...

Jo també penso que és important una remuneració en diferents vies a part dels diners pròpiament. Avui en dia hi ha molta competència en molts camps i és fàcil trobar una empresa similar que un empleat insatisfet li pugui semblar temptador. Potser no podríem posar l'exemple de les clàusules de resisió de molts futbolistes però que podríem dir que molts clubs de primer nivell paguen sessions de balneari i dies “extres” de vacances als seus jugadors. També podríem posar l'exemple de tenir un horari flexible o poder escollir un matí lliure. Potser un treballador se sent menys perjudicat si pot escollir les hores a les que pot treballar o bé com distribuir-se la feina al voltant de la setmana, com podria ser en el cas de la feina a distància.
A més a més, les diferents retribucions que no son materials, com s'ha dit abans, no s'han de declarar en la declaració d'hisenda i poden ser encara més interessants per el treballador que no pas una retribució en diners o uns incentius a final d'any.

Luis Barguñó dijo...

Tal y como comenté en algún post anterior, creo que lo más importante en una empresa para que funcione es tener al trabajador motivado (tanto moralmente como económicamente); teniendo en cuenta esto, las retribuciones en especies me parecen una muy buena medida.

Cabe destacar también que es una medida poco aplicable en muchas empresas. Supongo que sobretodo será aplicable a empresas grandes (que pueden permitirse gastos como el "coche de empresa") o que producen bienes de consumo(ropa, alimentación...)